El psicólogo infantil puede dar asistencia profesional para superar ciertos traumas, identificar el origen de un comportamiento atípico, para afrontar una mudanza, el divorcio de los padres u otras situaciones que generen una herida emocional en el niño e influyan en su correcto desarrollo…
La infancia es una etapa de vital importancia. De hecho, lo que sucede en la niñez puede impactar más adelante y afectar en aspectos esenciales de la vida adulta.
Si bien suelen encarnar la alegría y la diversión en su máxima expresión, los niños también sufren y tienen problemas.
Un psicólogo infantil se dedica a observar cómo interactúa un niño con sus padres, con el mundo que lo rodea y consigo mismo. La psicología infantil estudia la mente y comportamiento de los niños hasta que son adolescentes, centrándose tanto en su desarrollo físico, emocional, mental y social.
Es el profesional indicado para ayudar a los padres a identificar conductas anormales de sus hijos en una etapa temprana y la raíz de ciertos problemas de conducta, así como detectar casos de ansiedad, hiperactividad, dificultades de aprendizaje o incluso diagnosticar (y prevenir) desde retrasos en el desarrollo hasta determinadas anomalías como el autismo.
¿En qué casos recurrir al psicólogo infantil?
Determinadas situaciones, conductas o reacciones pueden ser señales de alerta para los padres, un llamado de atención para acudir a la ayuda profesional de un psicólogo infantil.
- Acoso escolar
- Divorcio de los padres
- Mudanzas
- Baja autoestima
- Intolerancia a la frustración
- Reacciones agresivas
- Ansiedad
- Hiperactividad
- Problemas de conducta
- Bajo rendimiento escolar
- Dificultades de aprendizaje
- Aislamiento en los recreos
- No querer asistir a la escuela
- Orinarse en la cama de forma accidental por las noches (Enuresis Nocturna)
- Haber sufrido una experiencia traumática
- Cambios bruscos de humor
- Pérdidas de familiares
Si bien es normal que los niños experimenten problemas ocasionales a medida que crecen, incluyendo altibajos emocionales marcados por el miedo, la tristeza, el enojo o hasta la ira, estas reacciones tienden a ser de corta duración y no afectan sustancialmente la vida del pequeño.
Sin embargo, tal como señala la psicóloga Irene Swerdlow-Freed:
«En ocasiones, la respuesta de un niño a las presiones de la vida puede ser grave, y los intentos de los padres de ayudar a su hijo pueden fracasar. En momentos como estos, la asistencia profesional puede estar justificada».
El psicólogo infantil se encargará de evaluar la angustia emocional del niño y de determinar si afecta en su funcionamiento diario, o si interfiere con el logro de hitos de desarrollo considerados apropiados para su edad.
Entre los ejemplos que menciona la Dra. Swerdlow-Freed, el divorcio de los padres, sensaciones de fracaso escolar poco características o miedo a dormir solo. Estas son algunas de las situaciones que pueden alertar de una interrupción en su funcionamiento cotidiano, indicando la necesidad de un tratamiento psicológico.
También menciona el temor exagerado o irreal de asistir a la escuela, así como la incapacidad del niño para separarse de los padres cada vez que deben salir al trabajo.
Se refiere, además, a circunstancias más extremas, como ser el caso especial de niños que sufren problemas médicos graves o potencialmente mortales, si experimentan sensaciones auditivas o visuales falsas, tendencias a prender fuego, agredir a otros, sentirse deprimido o hacer comentarios sobre el suicidio.
Gracias a sus conocimientos y habilidades especializadas, el psicólogo infantil puede identificar conductas problemáticas y proponer las intervenciones más apropiadas, contando siempre con la participación de los padres, «un componente crucial del tratamiento de todos los niños«.
Ante circunstancias estresantes y variadas presiones de la vida, las reacciones de los niños suelen variar desde leves y de corta duración, hasta severas y duraderas. Si sus problemas no son resueltos en un marco de tiempo razonable, se sugiere una intervención psicológica.
Como concluye la citada autora:
«Es importante reconocer que, sin un tratamiento adecuado y oportuno, los problemas de un niño pueden volverse graves y provocar dificultades más graves y duraderas».
A continuación, perfiles de psicólogos infantiles en Uruguay:
Fuentes consultadas